Como todos los terriers, tiende a ser algo
obstinado e independiente pero también es dócil
y un gran compañero de los niños con los que no
se cansa de jugar. Se encariña casi exclusivamente de
los componentes de la familia, permaneciendo indiferente con
los extraños. Es muy sensible a los reproches y a las
alabanzas, por lo que debe ser adiestrado con amabilidad.

Será necesario el empleo de al menos
una hora de ejercicio al día para satisfacer sus deseos
de actividad física. La piel del scottish terrier es
sensible, así que permaneceremos alerta ante cualquier
mancha. También hay que prestarle ayuda urgente ante
una posible obstrucción del esófago, una afección
desgraciadamente frecuente en los terrier.
Los cuidados del suave y denso pelaje de los
scottish terrier son difíciles y requieren gran minuciosidad,
por lo que se recomienda su acicalamiento en una peluquería.
Su corte de pelo característico, llamado 'stripping',
es aquél que presenta un rapado ajustado del pelo del
lomo y el cepillado de los pelos de la cara hacia delante. En
cuanto a su pecho y su vientre, se repasará pero sin
rapar. Las orejas estarán libres de pelo y la cola deberá
afeitarse para seguir siendo puntiaguda.
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